jueves, 25 de marzo de 2010

Cuestión de equilibrio.


La conciliación de la vida familiar y laboral es un conjunto de acciones sociales, institucionales y empresariales, cuyo objetivo es el desarrollo de una sociedad más igualitaria y justa. Es una forma de organizar el entorno laboral que facilita a los trabajadores la realización de trabajo y de sus responsabilidades personales y familiares. No supone trabajar menos, sino de una forma diferente.

Son palabras demagógicas si no vienen acompañadas de medidas concretas. Requiere, por lo tanto, de una serie de medidas que ayuden a los empleados a conciliar a través de horarios flexibles, jornadas reducidas, jornadas comprimidas, teletrabajo, escuelas infantiles, desarrollo de servicios para el cuidado de personas dependientes y sensibilización en valores. Lo que se debe buscar es la eficiencia en el trabajo en lugar de la cultura presencial, donde lo importante es realizar una jornada laboral de un número de horas de trabajo determinadas independientemente del rendimiento.

Los trabajadores que logran alanzar este equilibrio están más satisfechos y más dispuestos a comprometerse a favor de su empresa, al tiempo que sus niveles de productividad crecen a medida que la empresa se muestra sensible a sus expectativas y necesidades. Supone un beneficio en lo referente a mejorar la calidad de vida del trabajador.

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