martes, 30 de marzo de 2010

Cambio de ritmo.


Los profesionales sanitarios con turnos rotatorios y guardias nocturnas experimentamos un cambio en nuestro ritmo circadiano. El sueño es "reparador" de la activivad del organismo durante el día y a medida que nuestra edad avanza necesitamos menos horas de sueño nocturno porque nuestra actividad disminuye. La actividad laboral desempeñada en horario nocturno ha sido objeto de varios estudios que ponen de manifiesto sus efectos negativos y dañinos para la salud. Determinadas hormonas como la melatonina y el cortisol, se segregan durante la noche y el día respectivamente. Un cambio en nuesto hábito del sueño puede provocar por lo tanto, trastornos gastrointestinales, obesidad e insomnio, entre otros. En los paises nórdicos ya se están desaconsejando trabajos de horario nocturno a partir de los 35 años de edad para evitar consecuencias negativas sobre la salud.

Seguir una disciplina en nuestras horas de sueño durante el día es fundamental para no caer en el error de un sueño excesivo que acabaría trastornando nuestra vida cotidiana. Es cierto que resulta complicado conciliar el sueño durante el día, ya que la hiperactividad durante el trabajo nocturno nos espabila. El resto de personas están despiertas mientras nosotros dormimos, hacen ruido, el cartero llama a la puerta, el ruido del tráfico, el ruido de obras, la luz..., son los ingredientes necesarios para no dejarnos dormir.

"Por cada quince años de trabajo noctuno se produce un envejecimiento de unos cinco años", motivo más suficiente como para tomárselo en serio.

lunes, 29 de marzo de 2010

Desde hace un siglo.


La tuberculosis es una enfermedad que sigue muy vigente en el siglo XXI, y España, en contra de lo que muchos creen, se situa en los primeros lugares del ranking de tasas de incidencia. Las condiciones de pobreza, los movimientos migratorios o la coinfección por el virus del sida, son un buen caldo de cultivo para el bacilo 'Mycobacterium tuberculosis'. Pero en realidad, cualquier persona puede infectarse sin llegar a saber nunca dónde se contagió.

Los pacientes son contagiosos desde el momento en que enferman hasta el diagnóstico. Una vez detectada la enfermedad, lo importante es iniciar pronto el tratamiento con antibióticos y permanecer aislado durante las primeras semanas, que es cuando el bacilo se puede transmitir por el aire a otras personas. Pasado este "periodo de ventana" los pacientes pueden seguir llevando una vida normal pero sin dejar de tomar de forma muy estricta el tratamiento durante unos seis meses.

Los profesionales sanitarios debemos educar y concienciar a estos pacientes sobre la importancia del cumplimiento terapeútico y las medidas de aislamiento para evitar contagiar al resto de comunidad. El incumplimiento terapeútico es la principal causa de recaída. Pasada esta dura prueba, si en cinco años la enfermedad no ha rebrotado, podrán decir que están sanos.

jueves, 25 de marzo de 2010

Cuestión de equilibrio.


La conciliación de la vida familiar y laboral es un conjunto de acciones sociales, institucionales y empresariales, cuyo objetivo es el desarrollo de una sociedad más igualitaria y justa. Es una forma de organizar el entorno laboral que facilita a los trabajadores la realización de trabajo y de sus responsabilidades personales y familiares. No supone trabajar menos, sino de una forma diferente.

Son palabras demagógicas si no vienen acompañadas de medidas concretas. Requiere, por lo tanto, de una serie de medidas que ayuden a los empleados a conciliar a través de horarios flexibles, jornadas reducidas, jornadas comprimidas, teletrabajo, escuelas infantiles, desarrollo de servicios para el cuidado de personas dependientes y sensibilización en valores. Lo que se debe buscar es la eficiencia en el trabajo en lugar de la cultura presencial, donde lo importante es realizar una jornada laboral de un número de horas de trabajo determinadas independientemente del rendimiento.

Los trabajadores que logran alanzar este equilibrio están más satisfechos y más dispuestos a comprometerse a favor de su empresa, al tiempo que sus niveles de productividad crecen a medida que la empresa se muestra sensible a sus expectativas y necesidades. Supone un beneficio en lo referente a mejorar la calidad de vida del trabajador.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Medidas urgentes.


El Gobierno y las Autonomías entre otras medidas urgentes para reducir el gasto sanitario, prevee informar a los ciudadanos del coste de su atención sanitaria, mediante la entrega de la "factura sombra", para concienciar sobre el esfuerzo económico y fomentar el uso responsable de los servicios sanitarios. Un proyecto que ya se intentó implantar hace años pero no prosperó.

Se trata de entregar una factura a los pacientes atendidos en urgencias o en el hospital al alta, en la que se detalla lo que ha costado su paso por el servicio. Es un documento meramente informativo ideado para que los pacientes tengan constancia del gasto que genera un tratamiento croncreto al que han sido sometidos e informarles en qué se invierte el dinero que paga. Se fortalece el sistema público y se beneficia a los profesionales sanitarios pues estos, supuestamente, adquirirán más credibilidad antes los usuarios, dándo a conocer que el tratamiento recibido era más complicado de lo que parecía.

No hay evidencias que demuestren que la "factura sombra" favorezca la optimización de los recursos y la sostenibiliad del sistema sanitario. No hay resultados que demuestren el éxito de esta medida. Resulta positivo que el ciudadano conozca el coste que supone la asistencia sanitaria que recibe, pero eso no quiere decir que por el hecho de ser informado, el gasto sanitario sea menor ya que los pacientes no van a cambiar sus conductas por tener acceso a la factura generada por su estancia en el hospital.

En lugar de trasladarle al paciente la culpa del gasto, creándole una mala conciencia, son los profesionales sanitarios los que deberían modificar sus decisiones mediante un abordaje correcto de las enfermedades.

lunes, 22 de marzo de 2010

Expertos en la materia.


Como respuesta a la necesidad de una mayor alfabetización sanitaria de los pacientes; poder contar con expertos para ayudar a promover el autocuidado de la salud; la necesidad para el sistema de proporcionar a los profesionales de enfermería y familiares confianza en su habilidad de controlar los síntomas y el modo en que la enfermedad afecta sus vidas, atendiendo a sus necesidades de información y conocimiento sobre la salud. nacen los programas de pacientes "expertos".

Tratan de "utilizar" a los pacientes crónicos que son capaces de entender y que manejan correctamente las opciones terapeúticas. Estos pacientes si además tienen dotes comunicativos y empatía, una vez formados y asesorados, son capaces de liderar grupos de pacientes de forma eficaz, ya que transmiten la información con el mismo lenguaje de los otros pacientes, desde la misma experiencia de enfermedad y con dificultades parecidas para la realización correcta del tratamiento y para asumir el impacto físico, emocional y social de esa enfermedad.

Los pacientes llevan la iniciativa de su formación y los profesionales de enfermería tienen un papel observador, orientador y, si es necesario, aclarar las dudas que surgen. Los beneficios de proporcionar al paciente una información de calidad, tienen como resultados una mayor satisfacción, mejores resultados clínicos, la mejoría de la relación y comunicación con los profesionales sanitarios, reducción de la ansiedad y de los efectos adversos relacionados a la prescripción de fármacos, incremento de la autoestima y redución del número de depresiones, incorporación del manejo de hábitos de vida saludables, disminución del número de visistas a urgencias, mejora del manejo terapeútico, disminución del número de bajas laborales y aumento de la confianza.

Las experiencias del paciente "experto", pueden ayudar a que los pacientes tengan una mayor peso en el proceso de atención y en su salud. Para un mayor control y tratamiento de las enfermedades crónicas, es básico que el paciente además de que esté involucrado y se sienta parte del proceso, su participación como "experto" hace que los cuidados sean más efectivos y eficientes.

jueves, 18 de marzo de 2010

Libertad de decisión.


El parlamento andaluz ha aprobado la primera ley de muerte digna en España de derechos y garantías de la dignidad de la persona en el proceso de muerte, que permite al paciente rechazar un tratamiento que prolongue su vida de manera artificial. Es la primera ley que ordena los derechos de los pacientes terminales y las obligaciones de los profesionales sanitarios que les atienden.

Se pretende asegurar la autonomía del paciente y el respeto a su voluntad en el momento de la muerte. Reconoce el derecho de los ciudadanos andaluces a declarar su voluntad vital anticipada. También reconoce el derecho del paciente a recibir, o no, si así lo desea, información clínica veraz sobre su diagnóstico, con el fín de ayudarle en la toma de decisiones. También se regula el derecho del paciente a recibir tratamiento para el dolor, incluyendo la sedación paliativa y cuidados paliativos integrales en su domicilio, siempre que no estén contraindicados. La persona afectada podrá, igualmente, rechazar o paralizar cualquier tratamiento o intervención, aunque ello pueda poner en peligro su vida.

Esta ley, ordena los derechos de los pacientes terminales y da cobertura jurídica a los profesionales sanitarios que lo atienden, dejando claras sus obligaciones, como la de retirar o no instaurar medidas de soporte vital que sólo contribuirían a prolongar en el tiempo una situación clínica carente de expectativas razonables de mejoría. Se deben respetar los valores, creencias y preferencias del paciente, y abstenerse los profesionales sanitarios de imponer criterios de adecuación basados en sus propias creencias y convicciones personales, morales, religiosas o filosóficas.

La aprobación de esta ley en Andalucía, no quiere decir que hasta ahora, en España nadie muere dignamente. La sedación paliativa es una práctica prevista y habitual que los profesionales sanitarios expertos utilizan y tiene por objeto aliviar el dolor refractario a cualquier tratamiento, por eso se prescriben los fármacos adecuados a la respuesta del paciente. La mejoría de la atención al paciente terminal dependerá sobre todo de la existencia de profesionales sanitarios bien formados en cuidados paliativos, algo que no se consigue de golpe porque la ley lo diga.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Puertas abiertas.

Las puertas de la mayoría de los hospitales están abiertas y descontroladas. No se pide pase para las visitas y tampoco ningún profesional sanitario regula su presencia. Los hospitales de puertas abiertas se han ido poniendo de moda el los últimos años. Un error, ya que el continuo ir y venir de gente provoca un funcionamiento inadecuado del profesional, molestias al paciente, menor higiene, incremento del riesgo de infeciones y una mayor inseguridad.

Todos los días, contemplamos los profesionales sanitarios la avalancha de gente que merodea por los pasillos o invade literalmente las habitaciones. Hay sagas familiares que acuden al completo al hospital a ver a los suyos. Algunas personas traen grandes bolsos que nadie inspecciona al entrar ni al salir. Los robos de objetos personales o material están a la orden del día. Los niños juegan en los pasillos, y más de un adulto cuando le hemos rogado que salga fiera de la habitación mientras atendemos a un paciente, se ha negado en rotundo.

El afán de visitar hospitales forma pate de la cultura mediterránea, frente al hospital anglosajón, silencioso y sin apenas visitas. Pero esto choca con los derechos del enfermo, ya que algunos pacientes se quejan del escaso respeto a su intimidad o por la inaguantable algarabía diaria que soportan..., ellos y nosotros. Al paciente también hay que preservarlo con fercuencia de sí mismo, ya que viene gente a quien el paciente a lo mejor no quiere ver y le cuenta cosas que los profesionales sanitarios le hemos ocultado por razones terapeúticas.

Ante esta caótica situación, se deberían poner en marcha programas de regulación de visitas, estableciendo un horario de entrada y salida, y un máximo de dos personas por habitación, a parte del paciente y cuidador, por ejemplo.

Si de mi dependiera, los hospitales serían blindados como si de una caja fuerte se tratara, pero no se puede prohibir..., se trata más de una cuestión de educación.

martes, 16 de marzo de 2010

Umbral del dolor.


El dolor es el motivo más frecuente de demanda de cuidados de salud. Una sociedad desarrollada y tecnificada como la nuestra, nada tiene de extraño que todo lo que se refiere a la enfermedad y el dolor, se reciba como un acontecimiento especialmente dramático que trata de rehuírse por todos los medios posibles. No se nos ha educado para asumir el dolor, este desconocimiento se vuelve contra quien ha de padecerlo. Es muy necesario educar para el dolor porque estaríamos invitando a las personas, desde su infancia, a reflexionar sobre este aspecto que de un modo u otro terminará formando parte de sus vidas.

La percepción del dolor está furtemente influenciada por las experiencias subjetivas del paciente. Puede haber pacientes que han desarrollado dolor crónico y a través del tiempo han podido, quizá, adaptarse a él, como también puede haber otros cuya daptación al dolor ha sido o es imposible.

El dolor una vez cumplida su función de alarma, es un sufrimiento innecesario, de alta prevalencia que puede prevenirse, controlarse o aliviarse en la mayoría de los casos. No siempre cursa con los mismos síntomas, pero la ausencia de signos físicos o comportamentales del dolor, no nos autoriza a concluir la inexistencia del dolor. No podemos ser meros espectadores ante el dolor de los enfermos.

El personal de enfermería es la piedra angular en el tratamiento del dolor. Nos enfrentamos a diario con el dolor y el sufrimiento de personas que necesitan de nuestra ayuda. Cuando el dolor del paciente está asociado al sufrimiento, este suele madurarnos hasta llegar a producir dentro de nosotros un sentimiento similar. Estamos siempre al lado del paciente, por tanto, somos los primeros que lo detectamos. Ese acercamiento al dolor del paciente, pero especialmente a su sufrimiento, es uno de los pocos contactos que nos puede enriquecer, lo cual a su vez revierte en una mayor calidad humana disponible para el apoyo del paciente.

Todos somos vulnerables ante el dolor.

lunes, 15 de marzo de 2010

Espacio y tiempo.

Los pacientes que permanecen mucho tiempo hospitalizados, pueden presentar desorientación temporo-espacial. En este caso influyen factores psicosociales como el aburrimiento, la falta de estímulo, el estado de ánimo, etc. y pueden dar lugar a situaciones psicopatológicas muy diversas.

Hay pacientes que pueden perder la noción de la fecha y día de la semana. Otros, dependiendo de la hora en la que viven, se orientan respecto al lugar con más o menos dificultad. Así, un paciente aún puede saber, durante el día, que se encuentra en un hospital y demuestra su sufrimiento, pero no sabe dónde se encuentra el hospital ni sabe cuál es. Por la noche, sin embargo, cree estar en su casa y busca desesperadamente cosas personales que no encuentra. En otros casos, el paciente que está ingresado en un hospital cree estar en su casa e identifica al personal sanitario con familiares.

Para evitar situaciones de este tipo, deberían proporcionarse elementos visuales para la orientación, tales como relojes o calendarios y facilitar el uso de objetos personales como gafas y audífonos que le ayudan a orientarse. Pueden ser de ayuda, fomentar patrones normales de sueño-vigilia mediante normas que eviten despertar al paciente para darles la medicación, tomarles las constantes y mantener la unidad en silencio durante la noche. La presencia de familiares o amigos es necesaria para la orientación global de éste. El ambiente debería ser lo más tranquilo posible, minimizando el ruido externo de televisores, radios, timbres y pitidos.

El tratamiento global y de enfermería del paciente es muy importante. Es esencial atender a las necesidades básicas del paciente, como la nutrición, la hidratación y la movilización precoz.

viernes, 12 de marzo de 2010

Los movimientos nos delatan.

La revista Cognition ha publicado los resultados de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Radboud de Nimega. Han descubierto que acciones sencillas como levantar o bajar un objeto, pueden ser importantes a la hora de recordar momentos tristes o felices.

Se llevaron a cabo una serie de pruebas para dilucidar si las acciones motrices pueden influir en los recuerdos positivos o negativos de una persona y en lo que son capaces de recordar. Pidieron a los participantes que movieran objetos de una caja a otra. Al desplazar los objetos hacia arriba, propiciaba el recuerdo de experiencias más felices y positivas, mientras que el movimiento descendente, les hacía recordar menos momentos y ocasiones alegres. Para comprobar las posibles relaciones entre la percepción del espacio y las emociones, el equipo pidió a los voluntarios que relatasen recuerdos autobiográficos mientras manipulaban los objetos. Los participantes contaron recuerdos positivos con mayor rapidez cuando movían objetos hacia arriba y con mayor lentitud cuando los bajaban.

Solemos asociar la felicidad o la tristeza con metáforas espaciales tipo "estar en la cima", expresión que denota un estado mental positivo, miemtras que para indicar uno negativo se dice "estar hundido". Estas metáforas lingüísticas indican que establecemos conexiones entre estados emocionales y palabras referentes al espacio.

Motivar pensamientos positivos, puede abrir posibilidades atractivas y beneficiosas para el campo de la salud mental.

Sería maravilloso que esta investigación pueda ayudar a pensar de forma positiva más allá del laboratorio.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Miedo a hablar.


El acoso moral en el trabajo, también conocido como "mobbing", es la causa del 10% de las bajas laborales por depresión. Los sectores más afectados son la sanidad, con la enfermería como grupo mayoritario, y la enseñanza. Este maltrato psicológico continuo y deliberado, tiene en las administarciones públicas su principal ámbito de actuación, aunque las cifras se duplican en el sector privado.

Somete en primer momento a quien lo sufre a una situación de confusión que se va convirtiendo en una tóxica aclimatación, por miedo a hablar y denunciarlo, con terribles secuelas. La prolongación de la persecución, hostigamiento y acoso, produce numerosos síntomas psicosomáticos en sus víctimas como insomnio, irritabilidad, falta de concentración, cefaleas o taquicardias, que suelen acabar en bajas laborales intermitentes que a medio o a largo plazo, en la mitad de los casos desemboca en cuadros como el síndrome del "trabajador quemado".

Dos de cada tres casos de "mobbing" tienen como acosador a un responsable jerárquico superior, que emprende el hostigamiento con un subordinado. Suelen ser mandos incompetentes, inseguros y torpes que utilizan el ataque de forma defensiva. También se da en un 15% de los casos "mobbing horizontal", es decir, entre compañeros de la misma categoría profesional.

La implantación de protocolos "antiacoso" es la única forma de prevenir un fenómeno que supone actualmente uno de los riesgos laborales más importantes. Estos protocolos deben establecer taxativamente que este tipo de comportamientos son inaceptables y sancionables, además de fijar cauces de gestión de las quejas y canales de intervención de protección de las víctimas.

Cuando se pongan en marcha estos protocolos las tasas de acoso caerán a cero, por el hecho de que romperán la impunidad en la que se desenvuelven los que acosan.

martes, 9 de marzo de 2010

El sueño aclara la mente.

Un equipo de la prestigiosa Universidad de California, ha descubierto que la siesta no sólo nos hace descansar mejor, como ya se conocía, sino que también nos vuelve más inteligentes.

Matthew Walker, líder de la investigación, trabajó con 39 estudiantes a quienes sometió a una serie de test para comprobar el efecto que la siesta tenía sobre ellos. Sorprendentemente, observó que la siesta influía en su capacidad cognitiva, ya que les pidió que realizasen unos ejercicios "tramposos" y comprobó que aquellos que habían dormido un ratito tras almorzar, los resolvieron mejor que los demás.

El sueño aclara la mente y si descansamos durante una siesta nuestro cerebro se recupera notablemente alcanzando un alto porcentaje de su potencial.

Échate una siesta, y cuando despiertes te encontrarás como nuevo.

lunes, 8 de marzo de 2010

El poder de lo inocuo.


La sensación de mejoría y recuperación tras seguir un tratamiento prescrito, producido por el propio cuerpo y no por el principio activo del fármaco, es lo que se conoce como efecto placebo. Su valor se demuestra a diario, en ensayos clínicos tan rigurosos como los que se desarrollan para probar la eficacia de un fármaco.

El concepto de placebo como pastilla sin componente activo está prohibido en España,. Lo que se hace es administrar fármacos que se prescriben como refuerzo o parar ganar tiempo, ya que muchas dolencias mejoran al cabo de los días.

Existen muchos elementos que hacen que un paciente responda a un tratamiento inútil. En ocasiones, son los propios mecanismos neurobiológicos del cuerpo los que generan la reacción al placebo. Las personas, tenemos un potencial de autocuración que se puede potenciar de muchas maneras. Todo empieza con el primer contacto del paciente con un centro sanitario, todo forma parte del ritual.

...Cuanta mayor expectación, mayores son los efectos.


sábado, 6 de marzo de 2010

Especial para la ocasión.

"Alerta y libre hasta el final, guiado sólo por un aroma". A partir de esta reflexión de Eduardo Chillida, nace la nueva creación del enólogo Luís Zudaire. Cuando están a punto de cumplirse ocho años de la desaparición del artista donostiarra, y diez años de la inauguración del Museo Chillida Leku, Bodegas Ysios rinde un homenaje de lujo, con la creación de un vino especial para la ocasión.
Un caldo elaborado con uvas tempranillo procedentes de los viñedos de la Rioja Alavesa, con 15 meses en barrica de roble y 21 meses en botella, creado e inspirado en el artista y sus reflexiones. Un rojo púrpura con gran intensidad de aromas y con muchas ganas de poder paladear...

viernes, 5 de marzo de 2010

Sin sentido.


Los suicidios, según un informe oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE), son la primera causa de muerte externa entre la población española. De ellos, el 92,5% de los intentos de suicidio se llevan a cabo mediante intoxicación medicamentosa. En el conjunto del mundo, se estima que un millón de personas se quita la vida, lo que representa un suicidio cada 40 segundos, una cifra que supera las defunciones registradas en algunos conflictos bélicos. Y el número de tentativas es 10-20 veces mayor, con lo cual estamos hablando de una tentativa de suicidio cada 3 segundos.

En la actualidad, el humor perturbado o distimia, se caracteriza principalmente, por la dificultad de las personas para disfrutar de las cosas positivas de la vida o para considerarse plenamente felices. El suicido está hondamente relacionado con la ausencia de sentido. En esta deshauciada situación, se genera el llamado vacío existencial, donde la persona experimenta la sensación de que no puede controlar su propia vida y de que nada puede hacerse para cambiar el estado de las cosas. Este trastorno, genera una frustación espiritual-existencial que deriva en el suicidio.

De forma general, podemos distinguir entre: parasuicidio o gesto suicida, en el que es evidente, explícita o implícitamente, que la persona no ha intentado matarse y desea aparentar lo contrario para obtener un beneficio o llamar la atención, situación de lo más habitual en el servicio de urgencias; por otro lado, nos encontramos con el suicidio auténtico, cuando hay una evidencia de que existía la intención de provocarse la muerte, que puede ser frustado o consumado.

Dentro de las caraterísticas del intento, la peligrosidad del método guarda una estrecha relación con la intencionalidad letal, ya que un precipitado, ahorcado o heridas por arma blanca o de fuego lo demuestran, en cambio las intoxicaciones medicamentosas se suelen considerar tentativas menos graves, aunque depende del conocimiento subjetivo del paciente hacia la sustancia utilizada. La conciencia de efectividad de la tentativa, evalúa el grado de asombro que produce en el paciente las consecuencias de su ingestión, dado que en ocasiones, existe una creencia errónea acerca de la letalidad del intento. Características como, el grado de planificación, la accesibilidad para evitar el rescate, y la actitud ante el resultado, explorando grados de alivio ante la situación de la salvación o si surgen sentimientos de frustación por el resultado, nos producen cierta inquietud a los profesionales sanitarios, ya que ante ese sentimiento de frustación por no haberse quitado la vida, nuestra actitud es la de salvarlo por encima de todo en contra de los reales propósitos del paciente. Se trata de un conflicto ético entre los profesionales sanitarios y el paciente suicida...

El problema es grave. Esta situación jutifica la necesidad de poner en marcha programas preventivos para reducir los comportamientos suicidas. Una gran parte de los pacientes suicidas, verbalizan de modo directo e indirecto sus intenciones, y es ahí donde los profesionales sanitarios debemos estar sensibilizados para identificarlas. La empatía, flexibilidad y lectura de signos no verbales, dan la clave de los síntomas clínicos.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Vivir para trabajar.


Hay personas que creen que el trabajo es lo más importante. Es lo que se conoce con el término "workaholics", son víctimas de su percepción de la realidad, que se retroalimenta a través de su inconsciente adicción al trabajo. Disfrutar del trabajo y estar comprometido con la empresa, es una cosa, pero ser adicto a todo ello es otra cosa bien distinta.

Entre los síntomas que les acompañan, destaca en primer lugar que la ocupación profesional es lo que más importa. De echo, en los casos más extremos es lo único que aparentemente les sarisface en sus vidas. La familia, los amigos y el deporte son secundarios e incluso terciarios. El tener que regresar a sus hogares por la noche les incomoda e incluso irse con la familia de vacaciones; las horas dedicadas a descansar o a divertirse menudo les parecen ridículas, una auténtica pérdida de tiempo; lo que les acaba uniendo a otras personas es el mero interés profesional, que los mantiene al margen de sus verdaderos sentimientos; a menudo pierden toda conciencia de lo que les sucede por dentro; de forma inconsciente, anulan todo lo que sienten para que no les estorbe a su camino hacia el éxito.

Tras varios años de padecer estrés, fatifa y ansiedad crónicas, terminan sintiéndose separados de todo lo que les rodea, incluso de sí mismos. Esta desconcertante sensación sumada al deterioro de su salud, puede desencadenar un estado de profunda depresión incluso ataques al corazón.

Detrás de esta adicción, se esconde un determinado tipo de personalidad cuyo miedo más característico es el de que no tienen ningún valor a parte de sus logros. Asocian el valor de una persona con su éxito profesional, se vuelven cada vez más competitivos, preocupados por la imagen que proyectan de sí mismos.

Para hacer frente a esta patología, los expertos recomiendan a los adictos que traten de encontrar un equilibrio entre su actuación profesional y su vida personal. Nada fácil para ellos, ya que deben superar parte del condicionamiento sociocultural recibido durante su infancia y primera juventud. Desde la década de los setenta hasta la actualidad, la gran mayoría de la sociedad ha sobrevalorado el papel del trabajo en la vida de las personas. Con la malsana justificación de que se quiere que a los seres queridos no les falte nada y tengan de todo, se cae en la trampa de negarles lo más importante, el cariño.

Pero hay salida al final del túnel. En el momento en el que estas personas dejan de creer que su valía depende de la buena consideración de los demás y de los frutos cosechados por medio de su profesión, comienzan a ser más auténticos en sus actuaciones y a dejarse dirigir por las sensaciones que experimentan en su interior.

Porque hay vida más allá del trabajo...

martes, 2 de marzo de 2010

Dar la cara.

La violencia laboral, en la actualiad, se considera una preocupación prioritaria en sectores como la sanidad, donde se estima que se producen el 25% de todos los incidentes violentos en el trabajo. Por un lado el profesional sanitario se enfrenta a la violencia institucional, generada por una deficiente organización del trabajo y la violencia externa del paciente que reclama sus derechos. La violencia en el trabajo según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "no es un problema individual ni aislado, es un problema estructural y estratégico, que tiene sus raices en factores sociales, económicos, organizativos y culturales".

Son muchas las violencias asumidas por los trabajadores y pacientes, y no afecta por igual a todo el mundo. Las enfermeras/os, somos las que estamos más expuestas. El tipo de institución también influye, ya que las que funcionen con un estilo de dirección basada en la intimidadción, las que presentan una deficiente comunicación y relaciones interpersonales, y las que tienen escasez de resursos humanos y materiales, son más propensas a generar situaciones violentas.

Las consecuencias pueden ser muy graves. El daño dependerá de la intensidad, frecuencia y duración del proceso violento y de los apoyos recibidos. Los efectos sobre la salud de los profesionales sanitarios pueden ser estrés (el estrés puede producir violencia y la violencia puede producir estrés), acoso, enfermedades físicas y psicológicas, pérdida de confianza, de autoestima y miedo. En el trabajo, la violencia empeora los resultados, perturba la relación con los usuarios, es causa de absentismo laboral y de pérdida de eficacia y productividad. La falta de personal provoca que los usuarios se sientan agredidos por los tiempos de espera y la manera de expresión ha quedado reducida a la bronca. Hemos pasado del paciente pasivo, al paciente reivindicativo. Por otro lado, la relación profesional sanitario-paciente, se ha transformado en una relación entre proveedores de servicios y consumidores, generando insatisfacción en las dos partes. Así, los pacientes aguantan, los profesionales sanitarios aguantan, hasta un límite. Después viene la bronca, el golpe y la violencia.

La administración, achaca la violencia a los trabajadores o usuarios agresivos, antes que reconocer que la organización del trabajo es en sí violenta o produce situaciones violentas, eludiendo así su responsabilidad. En la sociedad, las violencia es causa de la pérdida del prestigio de la sanidad pública o privada, de la disminución de la calidad de los servicios de salud, y del aumento de los costes económicos.

Los profesionales sanitarios somos la cara visible de la institución a la que pertenecemos y representamos.

lunes, 1 de marzo de 2010

Cortar por lo insano.


En el año 2010, va a estar prohibido contratar personal temporal en la sanidad pública. Al parecer, no se van a poder contratar refuerzos ni sustituir a los empleados ausentes salvo "en casos excepcionales y para cubrir necesidades urgentes e inaplazables", situación en la que los gerentes tendrán que elaborar una memoria de esa necesidad urgente y calcular que no se pasan del dinero que tienen disponible para contrataciones.

El recorte, también se notará en la sustitución de trabajadores que se pongan enfermos. Al igual que se está haciendo hasta ahora, durante los primeros días no habrá nadie realizando sus funciones. Sólo se procederá a su cobertura a partir del decimoquinto día de baja y la novedad es que se sustituirá en caso de que ese puesto sea absolutamente imprescindible.

Si las instrucciones son bastante estrictas en lo que respecta a los trabajadores sanitarios, en el caso de los no sanitarios, la orden es muy clara ya que no se procederá a la contaratación de personal eventual de carácter no sanitario. Estas restricciones, tienen como objetivo el contener el número de trabajadores del sector público, de manera que en los sectores que no sean prioritarios, las contrataciones están prohibidas sin excepciones.

Estas medidas pueden llegar a provocar efectos nefastos para la asistencia sanitaria al sobrecargar unas plantillas ya saturadas al no cubrir bajas, lo cual va a afectar a la prestación normal del servicio sanitario. Si existe una necesidad estructural, seguirá existiendo igual el día uno que en el día quince. Aquí sólo se contempla el criterio económico en detrimento de la calidad de la asistencia sanitaria.

La solución no es recortar en sustituciones de personal, sino en mejorar las condiciones laborales para evitar el absentismo laboral...