Cuando un país está en guerra en los hospitales se trabaja frenéticamente. El objetivo fundamental es salvar todas las vidas que se puedan, por encima de medidas de asepsia, limpieza, pruebas diagnósticas...,etc. Nadie lo cuestiona, ni siquiera los propios pacientes ya que merece la pena correr cualquier riesgo porque la prioridad es otra.
Algo impensable bajo ningún concepto en nuestros hospitales y pienso que deberíamos ser un poco más permisivos sin llegar a esos extremos, claro está. El usuario reclama por el mas mínimo detalle y los profesionales hacen una medicina defensiva lo que se traduce con un aumento del gasto sólo por complacer los caprichos de ambos.
Nos vendría bien mirar lo que pasa en el resto del mundo y reflexionar sobre si hemos caído en una dinámica de exigencia un tanto absurda.
