miércoles, 28 de abril de 2010

Hogar, dulce hogar.


Estudios en hogares que evaluaron cómo vivimos, cómo limpiamos, cómo nos organizamos revelaron que un gran volumen de enfermedades se genera en nuestros hogares, siendo la cocina, el territorio más contaminado por estar minado de gérmenes. Hoy nadie dudaría en dejar de limpiar un día el baño, de hecho, estudios hechos en hogares muestran que comparando con años anterores, la concentración microbiana descendió en los baños, al tiempo que la concentración de gérmenes se incrementó en las cocinas.

Entre los errores más comunes a la hora de limpiar la cocina, están dejar los platos sin lavar ya que a la media hora los microorganismos se han multiplicado; no lavar las esponjas tras fregar los platos ya que de esta forma los microorganismos que quedan en ella se transfieren a lo que se limpia; las toallitas son útiles aunque no todos pueden pagarlas y se debe tener en cuenta que cuando dejen de estar húmedas se deben tirar; no desinfectar las verduras...etc.

Dentro de los grupos más vulnerables están los bebés y los ancianos, junto con la población de bajos recursos y malas condiciones sanitarias. De vez en cuando se deberían repasar con agua y jabón los juguetes de los niños. La compatibilidad "bebé-mascota", es importante, ya que cada uno tiene que comer y dormir dónde le corresponda, limpiando con jabón el hocico y las patas de las mascotas cuando entren en casa.

Si se hacen las tareas de limpieza a conciencia, puede lograrse una concentración de microorganismos tan baja, que el riesgo de contraer enfermedades en el hogar sea mucho menor, ya que existe una relación directa entre higiene, salud y calidad de vida.

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