lunes, 19 de abril de 2010

Enganchados a la basura.


Un estudio reciente publicado en la revista "Nature Neuroscience", ha revelado que los mecanismos moleculares del cerebro que propician la adicción a las drogas se desarrollan cuando se come comida basura. La ingesta compulsiva de comida basura, por tanto, especialmente adictiva y nociva para la salud, sería extremadamente difícil de parar del mismo modo que es muy difícil dejar las drogas.

Se confirman las propiedades adictivas de la comida basura, que es aquella que contiene altos niveles de grasas, sal, condimentos o azúcares, así como numerosos aditivos alimentarios como el glutamato monosódico (potenciador del sabor) o la tartracina (colorante alimentario). Además de con la obesidad, este tipo de comidas que tiene poco alimento, suele relaccionarse son enfermedades del corazón, la diabetes tipo II, las caries y la celulitis.

En las adicciones, las vías de recompensa del cerebro han sido tan sobreestimuladas por sustancias (en este caso la comida), que el sistema básicamente se adapta a dicha sobreestimulación. Esta adaptación, se consigue con una reducción de la actividad del cerebro. Para equilibrar esta reducción, se necesita de nuevo una sobreestimulación similar a la inicial, obtenida con la ingesta de comida basura. El consumo excesivo de comida basura propicia que en el cerebro se desarrollen los mecanismos moleculares cerebrales subyacentes a las adicciones a las drogas.

Los resultados de esta investigación tienen gran importancia en nuestra sociedad actual, en la que la obesidad, aún siendo una condición clínica individual, se ha convertido en un serio problema de salud pública que va en aumento. El peso corporal excesivo que predispone a que aparezcan enfermedades, puede tener diversas causas, entre las que el estilo de vida juega un importante papel.

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