martes, 3 de noviembre de 2009

Teléfono de la esperanza.


Algunos servicios que se le ofrecen a los usuarios, cuando se ponen en práctica, son un auténtico desastre. Ese es el caso del teléfono que se les facilita a los usuarios para pedir cita previa. El usuario se pasa el día intentando ponerse en contacto con los servicios sanitarios con la esperanza de que en algún momento alguien contestará... Al final, decide ir personalmente al mostrador en cuestión para que le den la cita que precisa, otros en cambio, son más prácticos y van directamente a pedir la cita personalmente sin molestarse en llamar.


Está claro que la puesta en marcha de un servicio requiere una infraestructura adecuada, en cuanto a un aumento de los recursos materiales y humanos. Si las líneas telefónicas se aumentan un mínimo y no hay personal designado exclusivamente a atender el teléfono, difícilmente ese servicio puede funcionar.

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