La situación de pánico generada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) al alertar de una pandemia mundial sobre gripe A que podía causar millones de muertos, hizo que los paises buscaran soluciones urgentes y las industrias farmaceúticas se beneficiaron del negocio de crear temor para vender. Para la sociedad, la vacuna es "tranquilizadora". La gripe estacional es más letal y no supera el 40% de vacunación, en cambio la gripe A es más contagiosa pero más benigna. Por lo tanto, las prisas no son buenas para nada y menos para una gripe con tan baja mortalidad como la A.
La mayoría de los profesionales sanitarios, no nos mostramos partidarios de ponernos la vacuna, ya que dudamos de su eficacia y seguridad, por no estar debidamente testada. Da la sensación que hay más interés en vacunar por criterios políticos que por criterios de salud.
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