La realidad apunta el colapso financiero al que se encamina nuestro sistema sanitario, por lo que al sistema sanitario en su conjunto, y a los centros hospitalarios de forma individual, no les va a quedar más remedio que incluir en su manejo diario un concepto clave en cualquier negocio, la rentabilidad. Tarde o temprano, la rentabilidad va a tener que presidir todo el sistema sanitario.
En esta línea se creó en el Reino Unido la agencia independiente National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE), que goza de un gran prestigio internacional y podría ser emulado en España. Analiza el coste/rentabilidad que genera tal práctica o tal tratamiento, de forma que si su coste es mayor a la rentabilidad que se obtiene, queda desanconsejado. Siempre bajo un enfoque de buena utilización de los recursos y bajo criterios de coste y rentabilidad.
Todo se traduce en cifras y al final si le ponemos precio a las cosas habrá que empezar a plantearse lo que es rentable y lo que no lo es. Así es que empecemos a cuidar nuestra salud porque la sanidad española también va a tener que empezar a cuidar la suya, su salud financiera.
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