Con la entrada en vigor el pasado 19 de agosto de el Real Decreto que obligará a los médicos a recectar por principio activo, la figura de visitador médico está en vías de extinción. A partir del 1 de noviembre se acabará escribir el nombre del medicamento en la receta por lo que los usuarios tendrán que empezar a aprenderse la nueva terminología. Una medida que va a suponer un sustancial ahorro pero el usuarío todavía desconfía de la eficacia de la nueva prescripción ya que piensa que el fármaco no hace el mismo efecto.
Ya no va ser necesario promocionar una marca y se acabó sobornar al médico a base de caros regalos ya que ellos ya no son quienes deciden. ¿Quién les pagará ahora los congresos?.
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