La ley de Libre Elección que recientemente ha entrado en vigor en la Comunidad de Madrid, pretende que exista la posibilidad para aquel que lo desee, de cambiar de médico, enfermera, pediatra, especialísta u hospital, eligiendo libremente. La capacidad de los pacientes para elegir ya era una realidad pero sólo en el primer nivel asistencial, de forma limitada y con muchas restricciones.
Con esta nueva ley se intenta dar una paso hacia el posicionamiento de los ciudadanos en el centro del sistema mejorando la asistencia sanitaria que se presta y haciendo que el trabajo del profesional sanitario sea mejor, más reconocido y con un mayor prestigio. Permitirá conocer mejor el sistema sanitario y hacerlo más participativo, ya que a partir de ahora serán los propios ciudadanos con sus decisiones los que envíen las señales sobre lo que prefieren.
Una decisión pionera en el Sistema Nacional de Salud como ya ha sucedido en países como Noruega, Suecia, Dinamarca, Holanda y Reino Unido, donde el objetivo en el sistema sanitario del gobierno británico es: "Ninguna decisión sobre mi sin contar conmigo".
Pero, ¿dónde se contempla la decisión de los profesionales sanitarios?.
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