Esa imagen que todos guardamos en nuestra memoria, de las salas de espera de los centros sanitarios en completo silencio, ha pasado a la historia. En la actualidad, el murmullo va subiendo de tono por segundos hasta que llega un momento en que resulta imposible solicitar la presencia de un paciente en las consultas. Algunos pacientes y sus acompañantes, mantienen conversaciones elevando el tono de voz como si estuviesen en mitad de la calle. En ningún momento piensan, que realemente hay personas que sí están enfermas y que por respeto a ellas deberían permanecer en silencio.
El silencio es fundamental para descansar unos y para trabajar adecuadamente otros.
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