jueves, 14 de enero de 2010

Difícil de tratar.


Los antidepresivos son el quinto grupo de fármacos más consumido en España y millones de pacientes podrían estar tomándolos inútilmente. Se prescriben muchos más de los necesarios. La angustia que presenta el paciente se ve atenuada y a partir de ese momento lo asocia con ese comprimido que se le administró, fomentando su uso e incluso adicción. Pero una cosa es la depresión y otra es la tristeza, los antidepresivos sólo ayudan a quienes la padecen de forma grave. Este tipo de fármacos, hacen que la persona triste lleve mejor su estado de ánimo, pero no solo se trata de disminuir los síntomas, ya que estos volverán a aparecer, sino de tratar la causa de la tristeza.

Al ser algo subjetivo, resulta complicado su diagnóstico, por lo que se recurre a la depresión. La solución es un tratamiento psicológico que por desgracia a penas existe en nuestro sistema sanitario público. Este tipo de pacientes, sienten alivio aun antes de tomarse nada. Se trata de un alivio que deriva de una relación en la que tiene lugar una conversación que produce un cambio en el modo de ver la vida.

Pero hoy los tratamientos no están enfocados en cosas como relaciones humanas, conversaciones, significados, sufrimientos..., y algo muy importante, saber escuchar.

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