Durante la última década, ha habido un rápido crecimiento de la presencia de payasos en los hospitales, en especial en entornos pediátricos. La relación entre payasos y los que necesitan curación, histórica y culturalmente, se han asociado con el bienestar de la sociedad y las artes de curación.
La rápida expansión de payasos en entornos clínicos, ha tenido como consecuencias diversos niveles de profesionalidad y responsabilidad. En la variedad más profesional, los payasos terapeúticos son cuidadores respetados que pueden establecer un papel en la atención de los pacientes como parte integrante del equipo de profesionales sanitarios. Por otro lado, puede tratarse de solamente gente disfrazada, con poca preparación y una comprensión menor aún del papel y potencial del payaso terapeútico.
Utilizan el juego y risa sutiles para proporcionar a los niños enfermos otra vía de expresión emocional e interacción social durante su hospitalización. Su objetivo es minimizar el estrés de los pacientes y sus familias durante la hospitalización y tratamiento, mejorando el sentimiento de control y aceptación de la enfermedad y proporcionando grandes cantidades de amor y alegría.
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