jueves, 22 de marzo de 2012

Sentirse cómodo.


El ingreso hospitalario deja de ser tan traumático, cuando el paciente se rodea de todo cuanto necesita para intentar hacer su estancia más llevadera. Lo que ha pasado a ser "su habitación" por unos días, adquiere un aspecto más personal y familiar de manera que el paciente se siente más cómodo a pesar de estar rodeado de aparataje, sueros y profesionales sanitarios que entramos y salimos a todas horas.
Cada vez es más frecuente ver a un tipo de paciente que se aisla en su micromundo y vive el proceso de hospitalización de otra manera.

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