viernes, 9 de marzo de 2012

Cuando el enfermo no es un paciente.


En el hospital, a parte de los empleados está el paciente y el visitante. El problema surge cuando los familiares o amigos del paciente empiezan a sentirse mal, hay que atenderlos y empieza a cundir el pánico. Se encuentran en una planta de hospitalización, no se sabe nada de ellos, de sus antecedentes de salud y no se les puede ofrecer una atención sanitaria estándar ya que no están registrados en el sistema. Están en el hospital, están enfermos pero todavía no son pacientes.
La enfermedad, en un caso así, puede convertirse también en una crisis burocrática. Incluso dentro de un hospital, una persona enferma no es un paciente si no tiene profesionales sanitarios asignados para atenderla, un diagnóstico y una pulsera identificativa. Lo mejor en una situación así es trasladarlo al servicio de urgencias, allí la percepción de la situación de urgencia cambia ya que estamos más especializados en la transformación de las personas en pacientes, es lo que hacemos todos los días.

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