jueves, 18 de febrero de 2010

Culto al cuerpo.


Existe una obsesión creciente, en dedicar una gran parte de nuestro tiempo libre a cultivar el cuerpo en los gimnasios, lo que se conoce como vigorexia, la obsesión de ganar músculo a través de una actividad física desproporcionada. Si a ello unimos unas dietas inadecuadas y algunos medicamentos peligrosos para aumentar la fuerza y el rendimiento, se pueden producir graves efectos sobre la salud.

Muchos hombres y mujeres pretenden ponerse cachas en un tiempo récord. Pero esta meta inmediata no se alcanza simplemente a base de una tabla de ejercicios y dieta, necesita de un complemento. Progresivamente, se van tomando hormonas de crecimiento y anabolizantes que resultan perjudiciales, e incluso algunas de estas sustancias pueden llegar a matar. Estos productos están prohibidos por ley, pero ello no significa que quien esté interesado no pueda conseguirlos. Existe todo un mercado negro que ahora se apoya con su venta por Internet. El peligro se halla en que el consumidor final desconoce los efectos secundarios del producto y si cumple con las normas sanitarias básicas.

El paciente acude a urgencias con un gran temor, ya que ignoraba que las sustancias que estaba consumiendo, que lo único que hace es inflarlos, podrían ser perjudiciales para su salud.

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