viernes, 12 de febrero de 2010

Desde el otro lado.


Cuando a los profesionales sanitarios, nos toca vivir la experiencia de ser usuarios, reconozco que las cosas se ven de forma muy diferente desde el otro lado. Desde nuestro anonimato, sentados en la silla de una sala de espera de un centro sanitario, nos convertimos en espectadores de primera fila de un proceso asistencial del que formamos parte y notamos claramente las deficiencias... Gestiones burocráticas absurdas que llevan a las personas de un mostrador a otro, colas interminables y largas esperas.

Precisamente, durante esas largas esperas, es curioso todo lo que se puede llegar a observar a parte de ese olor característico a la entrada al centro sanitario. Llegada de madres con niños, padres con niños, piernas vendadas, mujeres con el carrito de la compra, sudamericanas al cuidado de ancianos, gente escuchando música, gente con el teléfono móvil de acompañante, gente con dolor al que nadie hace caso, muy poca gente leyendo, gente paseando a ver qué cosa curiosea para que no se la cuenten...

De repente, alguien hace la típica pregunta: "¿Hace mucho que espera?", siempre hay un grupo que organiza el turno de atención como si de ellos dependiera y con la consecuente sorpresa cuando no les salen las cuentas. En cuestión de segundos, empiezan a alterarse porque han pasado 4 horas y todavía no están los resultados. En ese momento irrumpe el "metebaza" de turno, da igual el bando al que pertenezca. También están los conciliadores y como no, los que dormitan. Se crean grandes tertulias intrascendentes donde la gente da mucha importancia a cosas extravagantes.

Lo cierto es que es raro que uno se aburra en la sala de espera de un centro sanitario. Acabamos todos siguiendo con la mirada al profesional sanitario cada vez que cruza la sala, esperando con resignación que llegue nuestro turno.

¡Toda una experiencia!

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