jueves, 6 de octubre de 2011

En la recta final.



Los avances sanitarios y el cambio de patrón demográfico hacen que el mundo sea cada vez más viejo y que los numeros no cuadren. Menos jóvenes para trabajar y más ancianos a los que alimentar. Retrasar la edad de jubilación refleja el acalorado debate abierto en todo el mundo por la irresistible fuerza de los hechos: todos los sistemas públicos de reparto se enfrentan a un problema de sostenibilidad.

Para solucionar este dilema hay que arremangarse más, vinculando la jubilación con la esperanza de vida. Poner el dinero por más tiempo en la hucha. Pero par que esto suceda muchas empresas tendrán que cambiar su mentalidad respecto a los mayores. Hay que dejar de ver al empleado de pelo plateado como un estorbo o como alguien improductivo. Los trabajadores sexagenarios también deben cambiar el chip, verse y ver el trabajo de otra forma en la recta final de su vida.

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