La Generalitat Valenciana ha cerrado de forma "reversible y coyuntural" un total de 262 camas, aprovechando que todavía siguen vacías tras la época estival. Esta medida va a suponer un ahorro de 86.460 euros, calculando el coste menor estimado de cada cama en 330 euros. Desde la Generalitat Valenciana aseguran que esta medida no va a suponer la merma de la actividad asistencial ni recortes alguno de las prestaciones sanitarias.
Quieran ellos o no, esta medida afecta indirectamente a la calidad, ya que a partir de ahora, al disponer de un número real de camas inferior, se darán altas precoces de manera que el paciente reingresará a los dos días por el mismo problema de salud. Por otra parte se tendrán que hacer contrataciones de personal de última hora para revertir la apertura de camas en un momento puntual lo que supondrá inevitablemente tener a los pacientes aparcados en los pasillos de urgencias hasta que esto ocurra y finalmente se sobrecargará a la Unidad de Hospitalización a Domicilio (UHD) aumentándole considerablemente el número de pacientes y con la misma plantilla de profesionales...
Eso para mí es mermar la calidad, el tiempo lo dirá.
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