sábado, 5 de febrero de 2011

Por algo las tomaba Popeye.


El famoso marinero, personaje de cómics y películas de dibujos animados, engullía el contenido de un bote de espinacas cada vez que tenía que emplear sus músculos para salir de un aprieto. Ahora, investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo, han descubierto que comer un plato de espincas diariamente aumenta realmente la eficinecia muscular.

El secreto no está en el hierro sino en los nitratos, muy abundantes en esta hortaliza y que vuelven más eficientes a las mitocondrias, que son las que dan energía a las células. Es como si pusiéramos combustible a los músculos.

Parece que detrás de las historias de los personajes de ficción hay algo de verdad. A ver si el próximo estudio confirma los poderes que la kriptonita le daba a Supermán...

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