La historia de la humanidad es la de sus enfermedades. El cine, como arte y buen negocio, lo ha sabido desde siempre y no ha dudado en reflejar las preocupaciones de la sociedad, los males que la han aquejado, aquellos momentos que han desatado la histeria colectiva o han supuesto un paso adelante de la Ciencia digno de ser aplaudido.
Ya en la época del cine mudo se confirmó como un buen difusor de información sanitaria y consejos sobre higiene. Pasando por la época con la II Guerra Mundial de telón de fondo hasta los años dorados de Hollywood que se caracterizaron por las grandes biografías médicas, que encumbraban héroes ejemplares de la vida real.
La patología que se lleva la palma en cuanto a materia cinematográfico es el sida, protagonista de más de mil películas, iniciada sobre todo por "Philadelphia" (1993), pionera en el tratamiento, libre de estigmas de los inmunodeficientes.
Casi todas las patologías han encontrado un hueco en el cine, ficciones todas ellas que, basadas en mayor o menor medida en la realidad, no deben hacer olvidar esas enfermedades reales ni a sus víctimas, cuyo padecimiento continúa mucho después de que acaben los títulos de crédito.
Os dejo con la BSO de una gran película.
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