sábado, 29 de enero de 2011

Sana costumbre.


Es un clásico a la hora de ir a visitar a un enfermo al hospital la costumbre, cada vez menos vista, de llevarle de regalo un ramo de flores. Sin embargo una discusión recorre los ámbitos sanitarios sobre la conveniencia o no de tener ramos de flores en las habitaciones de los pacientes.

Las preguntas y dudas que justifican esta discusión versan sobre que para muchos el tener un florero en la habitación con agua y flores puede ser un lugar donde se acumulen potenciales bacterias. Otro punto de controversia es si las plantas adornando las cercanías de la cama del paciente compiten de alguna forma con éste por el oxígeno vital. Y finalmente hay dudas acerca de si las flores suponen algún tipo de amenaza para el correcto funcionamiento del equipamiento sanitario.

Un reciente trabajo publicado en la revista British Medical Journal, ha analizado a fondo los datos disponibles acerca de si estas ideas están o no justificadas en hechos concretos. Finalmente se ha demostrado que no hay argumentos sólidos que respalden estas ideas y que las flores tienen un efecto positivo benéfico para los pacientes. Recuperarse en una sala decorada con flores y plantas hace que necesiten menos analgésicos, contribuye a disminuir el nivel de ansiedad y hasta les genera sentimientos positivos.

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