miércoles, 26 de enero de 2011

Larga espera.


Cuando atendemos a un paciente crítico, al otro lado de la puerta ha quedado la familia, y en su caso, los acompañantes del paciente que desconocen lo que le está sucediendo a su familiar y están esperando con incertidumbre. La expectativa se centra con el encuentro con el personal sanitario que les informe. Resulta vital para ellos conocer el estado de su familiar y necesitan respuestas. La larga espera les provoca un clima de intensa ansiedad y carga emocional por lo inesperado de la situación.
A menudo la familia está continuamente olvidada y, sin embargo es la gran aliada de los profesionales sanitarios ya que son ellos los que en muchas ocasiones pueden, y de hecho lo hacen, aportar información de lo que ha ocurrido y de las circuntancias en las que se ha producido la situación de urgencia.

Debemos ser, por lo tanto, extremadamente cuidadosos con la familia y no perder de vista la perspectiva humana. Igual de importante es cuidar y tratar al paciente que a sus familiares.

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