jueves, 20 de enero de 2011

No importa el riesgo.


Una de las formas más corrientes de introducción de droga en el territorio nacional, consiste en pasar la aduana llevándola oculta en el interior del propio cuerpo generalmente por personas que tienen la particularidad de que pertenecen a grupos vulnerables.

Los plásticos que la recubren pueden ser dañados por el ph del cuerpo por lo que tienen una vida media que si se supera acaban rompiéndose. Si se rompe en las cavidades del cuerpo (vagina, recto, estómago) superado este tiempo o por accidente, corren el riesgo de que algún tipo de las sustancias que transportan entre en contacto directo con el cuerpo y se produzca una situación de urgencia, sobredosis, intoxicación inmediata e incluso suponer un riego total para la vida de la persona sobre todo si esto ocurre en el interior del estómago, lugar donde los acidos pueden reactivar la sustancia.

La persona que lo transporta suele estar informada, sabe de las horas que dispone, debe estar a dieta para mantener el ph y no puede comer para no estimular la evacuación.

No le importa el riesgo que corre poniendo en peligro su propia vida a cambio de dinero.

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