Últimamente se ha pasado de hablar de la sostenibilidad del estado de bienestar a, yo diría, la insostenibilidad del estado de malestar. Y es que con los nuevos recortes que anunció ayer el gobierno, la sanidad española ya casi no tiene por donde cogerse...
Lo que yo entiendo por sostenibilidad necesita de un cambio de actitud por parte de todos. Desde el político que equipa a un hospital con lo último en tecnología por quedar bien ante sus votantes aunque se tenga que endeudar. Pasando por los profesionales sanitarios que piden pruebas innecesarias por miedo a posibles denuncias y gastan material como si esto fuera gratis. Y hasta el ususario que quiere que le hagan un TAC como a su vecino del quinto porque para eso paga.
Pero ahora es muy fácil recurrir a los recortes para hacerla sostenible y los que están pagando las consecuencias de todo esto son las personas que están enfermas de verdad.
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