Este fin de semana, la muerte de un jugador de fútbol en pleno partido a causa de un paro cardíaco nos ha vuelto a conmocionar a todos. Hace menos de un mes se vivió un episodio similar con otro jugador pero tuvo mejor suerte.
Es difícil explicarse por qué ocurre esto en deportistas de alto rendimiento. Se supone que se les somete a pruebas médicas para garantizar que no tienen factores de riesgo que impidan la práctica del deporte, se supone que los profesionales sanitarios que cubren un evento deportivo tienen conocimientos suficientes de técnicas de reanimación cardiopulmonar y también se supone que las instalaciones deportivas están dotadas de los medios necesarios como un desfribilador semiautomático, ó deberían. Pero la lista negra sigue aumentando.
Espero que esta muerte sea la última y sirva para investigar profundamente en este campo.
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