lunes, 6 de junio de 2011

Por la Puerta Grande.



El toreo es una de las profesiones de riesgo que se puede jactar de poder ser atendidas a pie de obra. Las características propias de las lesiones y heridas las diferencia de otros traumatismos, como son "varetazos", "puntazos", "puntazos corridos", "cornadas", "cornadas envainadas". La tendencia a producir o presentar varios trayectos, la producción de grandes desgarros musculares, la posibilidad de albergar cuerpos extraños como arena, asta de toro, etc... requiere una exploración minuciosa y el uso de antibióticos al existir la gran posibilidad de complicaciones infecciosas.


Gran parte del éxito de la asistencia sanitaria taurina, se debe a la precocidad del tratamiento que se realiza en las Enfermerías de las Plazas de Toros. Tras esta asistencia inicial, que en su mayor parte es definitiva, el paciente es trasladado al hospital de referencia. Para ello se debe contar con un buen equipo de profesionales y una adecuada dotación en relación directa con el festejo así como con una coordinación, para evitar pérdidas de tiempo.


Un equipo de profesionales que también merece salir por la Puerta Grande.

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