Las ciudades son el paradigma del desarrollo social y tecnológico que nos ha permitido vivir más y mejor, pero adaptarse a ellas no es fácil.
Un estudio publicado hoy en la revista "Nature", ha constatado que nuestras hormonas sufren una alteración como consecuencia de la vida en la ciudad. Las prisas, la falta de tiempo y la sensación de pérdida de control es lo que más nos afecta del estilo de vida urbano.
Visto que la ciudad es el problema, se trata de encontrar una solución. La vuelta a la vida rural no es una propuesta realista, teniendo en cuenta que el proceso de urbanización es imparable, pero sí podemos hacer la vida en la ciudad mucho más llevadera...
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