lunes, 14 de diciembre de 2009

Salir cuanto antes.


Por lo general, la comida de hospital tiene fama de insípida y poco apetecible. La materia prima es buena, pero desde que la comida se elabora en cocina hasta que llega al paciente, su estado deja mucho que desear. Disminuir los tiempos de espera entre cocina y paciente para que la temperatura sea la óptima, mejorar las condiciones higiénico sanitarias y realizar dietas terapeúticas sólo para el paciente que lo precise..., son aspectos que habría que mejorar.

El ambiente hospitalario favorece la depresión, y si además el paciente no come bien, el organismo está en inferioridad de condiciones. La inapetencia debida a la patología que presenta el paciente es inevitable, pero que un paciente sea dado de alta con un estado nutricional peor al que tenía cuando ingresó por culpa de la comida, sí se puede evitar. No se trata de que uno ya comerá cuando llegue a casa.

La comida contribuye a los deseos de reponerse y salir lo antes posible del hospital.

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