martes, 15 de diciembre de 2009

Ayudar a cuidar.


Las personas que asumen el cuidado de sus seres queridos en situación de dependencia, tienen a su cargo una dura tarea. Existe un elevado número de personas que pueden llegar a padecer algún trastorno ligado a la pérdida de su independencia, y en este caso se hace imprescindible la asistencia a la persona mayor ó discapacitada. La labor diaria desempeñada por los cuidadores informales, constituye un considerable ahorro presupuestario, pero conlleva la aparición de unos elevados costes personales y emocionales que desbordan a las personas encargadas de su cuidado y les produce un estrés continuo.

El cuidador, constituye un importante recurso sociosanitario para estas personas y para la sociedad en general. En este punto, apareció la Ley de la Dependencia 39/2006, para la solicitud de prestaciones económicas y sitemas de apoyo (programas de formación, información y descanso), orientados hacia los cuidadores informales. La Ley de Dependencia ya ha cumplido 3 años desde su implantación y su valoración no puede ser más negativa, ya que existen diferencias. Dependiendo de la Comunidad Autónoma donde se viva, un ciudadano podrá o no beneficiarse de esta ley ya que se pondrá mayor o menor interés y medios. Sí es cierto que casi medio millón de ciudadanos han recibido una prestación o servicio, pero también lo es que muchos más están todavía a la espera...

Se les está robando un derecho aceptado por ley a personas en situación de dependencia y a sus familias, no es justo.

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