sábado, 19 de diciembre de 2009

Del bosque a la botella.


España va a iniciar un trabajo conjunto para que el tipo de tapón se incluya en la etiqueta de las botellas de vino y para que la legislación del vino orgánico obligue a usar el tapón de corcho, ya que es contradictorio que éste tipo de vino vaya taponado con otro sistema de cierre. Todo ello, con el objetivo final de que el corcho figure en la agenda de la UE a partir del 2010.

El tapón de corcho, no sólo se usa para que haya una conexión de fuera a dentro, ya que el vino tiene que respirar, sino porque es un material flexible que menos influye en su sabor impidiendo que le transmita ningún tipo de sustancia o aroma que altere las características organolépticas del producto envasado, permitiendo que el vino evolucione sin sobresaltos. Como material natural que es, ofrece una calidad muy variable, por lo que se impone una selección y clasificación según varios parámetros que en definitiva llevan a obtener un corcho casi perfecto en cuanto a porosidad, flexiblidad e imagen.

El corcho, constituye el soporte económico fundamental de los alcornoques y hace posible la explotación sostenible y el soporte de modos de vida tradicionales. Los sustitutos metálicos, plásticos o sintéticos, son perjudiciales para el medioambiente. El fenómeno que alguien bautizó como "gusto a corcho", que más tarde se demostró que era debido a causas relacionadas con la unión de sustancias cloradas y materiales de madera, hizo que se emprendieran nuevos negocios con la finalidad de abaratar costes, y de ahí a echarle la culpa al corcho sólo había un pequeño paso.

Yo me quedo, sin dudarlo con el corcho, porque es mejor material para tapar una botella y que el vino evolucione conforme a nuestras expectativas, porque es natural, porque es sostenible y renovable.

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