El NYC Health Department en su lucha contra la obesidad, ha lanzado una campaña para concienciar al consumidor sobre los riesgos de ingerir porciones grandes ya que contienen un alto contenido calórico. Una vez que se le proporcione la información, es el consumidor el que se tiene que responsabilizar a la hora de decidir qué comer o beber y cuánta cantidad.
Campañas de este tipo consiguen que poco a poco vayan desapareciendo las porciones grandes de las cadenas de los restaurantes ya que no habrá nadie que las consuma. Ahora sólo falta que los ciudadanos tomen decisiones más saludables y coman menos.
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