La incorporación de los antiguos hospitales clínicos al sistema sanitario obligó en su momento a establecer un régimen de conciertos entre el sistema público sanitario y las universidades. A partir de ese momento, los mejores centros sanitarios han sido los que se han designado para la enseñanza pasando a denominarse hospitales universitarios, una estructura fundamental en la docencia de las ciencias de la salud.
Desde el momento en que un hospital alberga estudiantes de las diferentes disciplinas, el usuario podrá ser atendido por un profesional sanitario en prácticas, le guste o no. Los usuarios relacionan ser estudiante con inexperiencia y no les seduce la idea de ser atendidos por un inexperto en la materia.
Ninguno de nosotros hemos nacido enseñados, pero también es verdad que resulta imprescindible una metodología en la que el maestro y el alumno se encuentren con el paciente, para evitar situaciones de inseguridad.
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