Los médicos de urgencias cansados de fines de semana, de festivos, de colapsos, de noches y de plantillas escasas, escapan como pueden y una forma de hacerlo es delegando en los MIR. Los residentes se ven obligados a trabajar mientras duerme el adjunto y a tomar decisiones que no le corresponden.
El MIR recién acabado ya está quemado para toda su vida. Tanto ha sido el abuso de fines de semana, de noches solos, de decisiones que no les tocan y de falta de formación que en cuanto pueden buscan a un MIR recién llegado para que atienda solito a los pacientes como él hizo...
La historia se repite año tras año: MIR novatos solos ante el peligro atendiendo urgencias hospitalarias para las que no están preparados.
Al parecer, nadie se ha percatado que esto repercute sobre la calidad de la atención sanitaria prestada a los pacientes.
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