La situación económica actual, por desgracia, se ha convertido en una auténtica fábrica de personas con ansiedad y depresión. El recurso más fácil es prescribir una pastilla para combatirlas, algo que convierte a las personas en dependientes de la medicación para sobrellevar esta situación.
Considero que la ansiedad y depresión están demasiado medicalizadas y es un error identificar la "felicidad" con una pastilla.
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