Ayer nos enterábamos por diferentes medios de comunicación de la noticia del escándalo del Hospital de Stafford que ha conmocionado al Reino Unido. La muerte de 1200 pacientes se debió a una inadecuada gestión entre los años 2005 y 2009 en la que primaba el control del gasto por encima de las necesidades de los pacientes.
Considero que al margen de las condiciones económicas, la ética profesional debe existir y la deshumanización nunca está justificada. Si la situación era insostenible los propios profesionales deberían haberlo denunciado a las autoridades y no consentir seguir trabajando en esas condiciones.
La calidad de la atención prestada al paciente es lo primero.
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