Determinadas técnicas y procedimientos sanitarios son perfectamente entendidos por los pacientes independientemente de no hablar el mismo idioma. Casi de forma automática, los pacientes reaccionan de la misma forma ante una extracción sanguínea: colocan el brazo para localizar la vena; ante una toma de tensión arterial: pasan el brazo por el manguito; ante la administración de medicación por vía intramuscular: saben que el pinchazo va en el gluteo..., etc.
Resulta curioso ver que todos manejamos el mismo lenguaje universal sin necesidad de mediar palabra.
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