Una muerte cada 15 segundos. Seis mil por día. El trabajo también hiere y mutila. No por fatalidad sino por negligencia. No porque no haya normas sino porque se las viola. Demasiado a menudo se sigue poniendo gratuitamente en peligro la vida de los trabajadores y trabajadoras.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que muchos de estos dramas podrían evitarse. La salud y la seguridad en el trabajo es responsabilidad exclusiva del empleador. Hay quienes la asumen, algunos otros parecen optar por las ganancias a corto plazo en detrimento de la prevención.
Que el día de hoy sirva al menos para hacer realidad la mejora de las condiciones laborales y convertir el lugar de trabajo en un sitio seguro y saludable.
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