Llega el fín de semana y los servicios de urgencias de madrugada, se convierten en un hervidero de jóvenes y no tan jóvenes que son traidos por haber consumido alcohol. En obvio estado de embriaguez, la atención sanitaria no va más allá de un control de constantes vitales y glucemia. Básicamente consiste en tener a una persona ebria durmiendo en una cama, vomitando, limpiándole..., esa es la base de todo. Los pacientes son traidos únicamente para dormir la borrachera o más comúnmente, para dormir la mona.
Se trata de un problema social, no sanitario, que cada vez es mayor.
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