Un artículo publicado en la revista The Lancet, desvela que los grandes recortes presupuestarios y el aumento de paro han causado un aumento de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad aumentando la tasa de suicidios, mientras que la pérdida de ingresos ha favorecido que en algunos países sean más los ciudadanos que no tienen dinero para comprar medicinas o para ser atendidos.
La negación de los efectos sanitarios de la crisis lleva al fracaso de los gobiernos europeos para hacer frente a las consecuencias sanitarias de sus políticas.
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