Resulta muy curioso ver cómo en días de lluvia existe una menor afluencia de pacientes a los servicios de urgencias, sólo acuden los que verdaderamente están mal y los que se han resbalado por estar el suelo mojado. A los pacientes les da pereza salir de casa para ir al hospital y prefieren esperar a que deje de llover.
Este fenómeno y otros muchos tienen un efecto disuasorio y demuestran el verdadero significado de una urgencia y cómo la masificación de las urgencias hospitalarias se puede manipular, los ciudadanos no son conscientes de que ellos mismos se descubren a través de su conducta.
Aunque claro, es muy diferente que se consiga un buen uso de las urgencias hospitalarias por culpa de la lluvia a que se consiga disuadiendo mediante el cobro por cada visita..., al final con ambas medidas se consigue el mismo efecto.
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